Me va la piel en huir del sueño enfermo de tu agua,
en escapar de tus barrancos y tus zarzas,
muriendo siempre en el intento de marcharme.
Y se me acaban los días entre polvo y flores de barbecho,
en las piedras y los cardos del camino
que no va a ninguna parte donde olvide.
(Domingo 22 de abril de 2.012, Día de la Tierra)