jueves, 14 de abril de 2016

Joder J

Saluda a todos.  Ya ves, hoy me he levantado tonto y añorando Granada. Me han dicho que en el Amador han montado no se qué negocio.  Estoy  escuchando these important years, de los Husker.     PD: hay algunos a tu lado que envejecen peor que yo.”(Recreación de un mensaje leído en internet, dirigido a J, cantante y compositor de Los Planetas).
   
    Granada ha permanecido en mí empaquetada minuciosamente en un vaho glacial que la cubre como un envoltorio de estraza. Así recuerdo sus inviernos bajo un confeti invisible  que envejece a los transeúntes y que  barniza los edificios con su afeite grisáceo. 
    Tengo la certeza de que nada cambia lo suficientemente rápido cuando andas perdido a la deriva de esa bruma. Por muchas expectativas musicales que tuviéramos, J -tú en tu rollo y yo en el mío- aquel mes de febrero de mil novecientos noventa y poco –no sé si por la teoría cíclica de la historia o de la economía, vaya usted a saber- era tan aborrecible como este de dos mil dieciséis.
    Mirado con los años todo parece irreal, como una estampa encerrada en un domo de nieve, aunque veo tu imagen nítida caminando a contracorriente  por Pedro Antonio, con las manos en los bolsillos y la cabeza gacha,  tropezándote con la multitud que se echaba a la calle en aquellos viernes por la noche. Quizás vas pensando en el nombre que le pondrás a tu grupo y una mueca de sonrisa leve se dibuja en tu cara porque ya lo has encontrado. “Sí” –te dices- “se va a llamar Los Subterráneos”.
    Entretanto, yo quizás haya sido uno de los tres o cuatro golpes que te has dado en tu deambular por la concurrida acera, cuando salía de uno cualquiera de los cientos de bares de esa calle  acompañado de Javi. Probablemente acabemos de  decidir, después de tres o cuatro cervezas, que ya no vamos a ser tan pretenciosos musicalmente y que la Harmónica de Cristal se quedará aparcada junto a su leyenda negra, para dar la bienvenida a nuestro enésimo proyecto: Malditerráneo.
    J, fue entonces cuando perdimos la prisa, cuando  la preocupación de los ensayos nos hizo renunciar, al menos momentáneamente, a la incertidumbre, a la zozobra de la nebulosa granadina  que tanto nos empujaba a hacer canciones. Ahora había que dar a conocer las que ya teníamos y empezamos a tocar por los bares que se dejaban.
    Ahora veo con toda  nitidez  un cartel de Subterráneos al lado de otro de Malditerráneo. Sé que tú también. Lo que ya no recuerdo es el nombre del garito donde os vi tocar por primera vez. De lo que no me he olvidado es de haber estado dibujando arabescos con las letras de tus canciones en la espalda de Mai durante todo el concierto –ya sabes, esas cosas pueden pasar cuando la bajista del grupo toca de espaldas al público-.
    Sin embargo, creo tener una imagen sin humo ni artificio de tu presencia en la barra de La Sal en uno de nuestros bolos. A lo que no me voy a aventurar es a divagar sobre lo que tú podías estar imaginando mientras escuchabas nuestras canciones o mirabas a Paula cantando. Aunque sí pondría la mano en el fuego, y no me equivocaría, si te dijera que sólo te  quedasta a vernos por la curiosidad que te producía la coincidencia fonética de los nombres de nuestros grupos.
    No sé si Subterráneos fueron tan efímeros en el tiempo como Malditerráneo. O si para ti J, fueron tan intensas aquellas vivencias de tu primer grupo como lo fueron para mí las de mi único grupo. Pero tus Planetas no tardaron mucho en llegar –o simplemente tus Subterráneos en cambiarse de nombre por culpa de los de la Rosenvinge-,  ni mis Malditerráneo tampoco se hicieron esperar demasiado para perderse en la bruma granadina y no regresar más.
    Tú y yo nos seguimos viendo unos años más por los bares de Granada, por los conciertos de otros, por los amigos y conocidos comunes, pero nunca nos cruzamos ni una sola palabra. Puede incluso que alguna vez nos volviéramos a tropezar por esa manía que tenemos los artistas de andar siempre en las nubes, pero aunque te sonara mi cara  ya no sabías de qué.
    Joder J, aquellos parecían ser nuestros años más importantes y qué mayores nos hemos hecho, aunque tú sigas igual, mamón. Espero volver a Granada un día de estos y preguntarte como aquellos amigos que podríamos haber sido, si te gustó algo más que el nombre de Malditerráneo, si te llegó alguna canción nuestra.
Yearbooks with their autographs 
From friends you might have had 
These are your important years 
You'd better make them last 
Falling in and out of love just like... 

These are your important years, your life.
    Ya ves, hoy me he levantado tonto y añorando Granada.  Por cierto, me han dicho que en el Amador han montado no se qué negocio y que la tienda de comics que hay frente al Planta Baja ahora se llama Subterránea.
    P.D: hay algunos  a tu lado que envejecen peor que nosotros dos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario