Ni siquiera puedo aventurarme a asegurar el año, pero debió ser en junio de 1.983. Durrutti ya era la banda de Vini Reilly, cuya guitarra había marcado a golpe de delay y armónicos la seña de identidad del grupo. Pero ninguno de vosotros estabais allí para comprobarlo conmigo. ¿Por qué no vinisteis?, ¿qué escusa me dísteis?. Ya no lo recuerdo, pues mis hormigas han debido devorar los microsurcos del cerebro que almacenaban esa información.
Claro que no siempre caminamos por el mismo lado de la calle y no siempre sentimos el vértigo de la novedad por los mismos amores, por los mismos libros o por los mismos discos. Por algo así debió ser que aquella noche de mediados de junio me puse mis mejores galas y me encaminé decidido desde los Solares de San Rafael -formados por tres o cuatro bloques de edificios del desarrollismo de los setenta al lado del cementerio- hasta el teatro al aire libre de la Axarquía. Atravesé Córdoba quizás con la esperanza incierta de toparme con alguno de vosotros camino del concierto, mirando por ello a cada paso las caras que me iba cruzando, pero definitivamente iba a ver en a los Durutti Column sin vuestra compañía.
Puede que a forjar esta ensoñación ,más que recuerdo del concierto, hayan contribuido muchas cosas. En primer lugar siempre, las músicas que mi hermano Paco descubría mientras yo andaba enzarzado con mi pelea interior, dilucidando si quería ser cantautor o formar un grupo. Para mí fue todo un acontecimiento descubrir a Durutti, pero más impactante y decisivo en mis influencias musicales fue descubrir a mi hermano pequeño, a quien le llevaba dos años, pero quien me llevaba veinte a mí a la hora de olfatear lo bueno, lo auténtico y casi lo definitivo en la música.
También, como a mucha otra gente, los Durutti me habían ganado de antemano por el nombre. Quizás fueron el primer grupo foráneo que sacaron su nombre de algo -en este caso alguien- español. Pero para desmitificar el asunto, cuando Vini le dió el nombre al grupo lo hizo por un cartel (ver foto de entrada del blog Babarabatiri) de un grupo político situacionista inglés en el que aparecía la siguiente inscripción (falta de ortografía incluida): "The return of the Durutti Column". De hecho, hasta que en aquel año no vinieron de gira por España no se enteraron de que su nombre provenía de la columna de milicianos que el anarquista Buenaventura Durruti comandó durante la guerra civil española.
Pero sobre todo, la magia que mi recuerdo ha querido preservar de aquella noche está porque lo disfruté en soledad. Éramos los Durutti yo y la noche cordobesa detrás. ¿Porqué no vinisteis?, ¿qué escusa me disteis?...
Cómo me hubiera gustado estar allí contigo, hermano. Si no has visto "24 hours party people" ya estás tardando, pasarás un buen rato. Por cierto, el nombre correctamente mal escrito es Durutti, y se quedó así porque dice el señor Reilly que era casi imposible corregir la errata. Abrazo!
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